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Mostrando entradas de abril, 2015

Final mejor que principio

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Cuando se ha hecho un buen trabajo con uno mismo, el final de la vida debería ser mejor que el principio. Parece que hablemos al revés, ¿no? No obstante, esta tendría que ser la manera correcta de plantear el envejecimiento: no como una fea degeneración, sino como un llegar a buen puerto tras una travesía satisfactoria a pesar de los vientos desfavorables. Aunque se nos haya desgarrado alguna vela y regresemos con diversas piezas rotas, el viaje ha valido la pena porque nos ha transformado en personas adultas maduras, expertas (más sabias) y felices.     En ausencia de enfermedad incapacitante la jubilación debería ser un buen momento para empezar a recoger los frutos de épocas pasadas, de todos aquellos años en que nos hemos hecho preguntas (quiénes somos, qué hacemos aquí) y hemos encontrado respuestas; de todas aquellas noches en blanco intentando resolver las dificultades que plantea la relación con los demás; de décadas de incertidumbre sobre nuestra persona, a veces tan cercan

Arroz de pies de cerdo, por Koldo Gamiocobeitia

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Ingredientes para 4 personas: 4 Medios pies de cerdo. 4 Medidas de arroz. 1 Bandeja de verduras para el caldo. ½ Cabeza de ajos. 1 Pimiento rojo. 1 Cebolla mediana. 2 Tomates maduros para salsa. Aceite de oliva virgen y sal. En primer lugar lavamos los pies de cerdo con agua y limón. En una olla a presión con dos litros de agua ponemos las verduras, sal y los pies de cerdo y lo llevamos todo a ebullición a fuego medio durante 1 hora aproximadamente. Retiramos los pies, reservamos el caldo y, una vez fríos, deshuesamos los pies y los cortamos en pedazos más o menos pequeños, a gusto del cocinero.  Echamos aceite de oliva virgen en una paella y lo calentamos, añadimos los ajos cortados en finas láminas y, antes de que lleguen a dorarse, añadimos la cebolla rallada y el pimiento rojo también rallado. A fuego lento dejamos que se "poche", tras lo  cual añadimos el tomate rallado hasta que reduzca el agua, siempre a fuego lento. Echamos los pies de c