¿Stop carne?

Las proteínas son unas moléculas
imprescindibles para el crecimiento del organismo. Prácticamente todos los
procesos biológicos dependen de su presencia o actividad. Las encontramos en el
reino animal y en el vegetal; en ambos las fuentes de proteína contienen los
veinte amino-ácidos
necesarios a la alimentación humana.
Diversos estudios, como la revista Cell Metabolism, sugieren
que las personas de mediana edad deberían rebajar la ingesta de proteína animal ante el
riesgo de cáncer y diabetes. Sin embargo, a partir de los 65 años (que se
considera “tercera edad”, un criterio a revisar) aconsejan aumentarla para
prevenir la pérdida de masa muscular por un lado y la debilidad general por
otro.
Así pues y en general, deberíamos consumir
menos proteínas animales alrededor
de la cuarta y quinta décadas de la vida, para aumentarlas de nuevo después de
jubilarnos. Como puede suponerse, en términos de salud no debemos consumir
cualquier proteína. A partir de los cincuenta años las necesidades proteicas
son las mismas para hombres y mujeres: 0,8grs/día por cada kilo de peso (para
un individuo de 60 kgs, 45-50 grs/día). A partir de los 65 años, pues, ambos
deberían distribuir sus calorías diarias así: 55 a 60% en hidratos de carbono,
25 a 30% en grasas y 10 a 15% en proteínas. ¿De cuáles?
En
el reino animal, de la
carne magra, los lácteos desnatados, el pescado azul y los huevos cocidos
(menos de 3/semana). En el vegetal, de la
soja (tofu, hamburguesas, soja germinada), las legumbres, el berro, los
cereales integrales, las alcachofas, los espárragos, la coliflor, el brócoli o
las coles de Bruselas.
Ahora que ya nos hemos aclarado las ideas en
cuanto a las proteínas recomendadas en adultos sanos, la conclusión resultante
podría ser la de seguir una dieta variada, evitando las carnes rojas y los
embutidos, aunque sin descartarlos para siempre de nuestra dieta. No se trata
de suprimir de un plumazo un componente de la comida cada vez que se crea
alarma social. Pero tal vez sí deberíamos aprovechar la ocasión para revisar
nuestros hábitos alimentarios.
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Breve y conciso. Gracias.