Sex-citas on line

Levantas las cejas: aquel joven de la edad
de tu hijo, que ya te ha escrito un par de veces, te ha mandado su teléfono.
Vuelves a mirar su foto, y sí, te gusta. Mucho. El chico es un tiarrón y,
además, tú estás acostumbrada a sesentones cuyo sex-appeal caducó hace años.
Decides llamar. Necesitas sexo. Deseas que
unos brazos de hombre te abracen, que unos labios de hombre te besen. Llamarás.
Llamas.
Lo haces con alegría, apuestas por ser simpática e intentas no parecer
maternal. Ya no estás acostumbrada al “aquí te pillo, aquí te mato” y quedas
para “un café y ya veremos”. Unos minutos después de colgar, él te escribe:
¡Qué ilusión que me hayas llamado! Te parece bonito y respondes: A mí también
me ha gustado. Nos vemos.
Él
te manda un beso, y adiós. En seguida regresa con una pregunta: Ya sabes lo que
quiero, ¿verdad? Hombre, ¿qué vas a querer? Pero contestas prudentemente:
Supongo; concretamos. Entonces él lo escribe bien claro: Sexo. Por si había
dudas. Esa única palabra, de pronto, te molesta. ¿Es necesario ser tan
explícito? Tú eres mujer, dejaste muy atrás tus treinta años y te encanta
fantasear. ¡Déjame soñar, caramba! Deja que recree mi película. Estás a punto
de soltarle: “La imaginación es la herramienta más poderosa que tengo frente a
cualquier situación, frente a la vida. ¡No la mates!”.
Pero apagas el móvil y en seguida aterrizas.
Ya con los pies anclados en tierra, te planteas temas prácticos. Eres
menopáusica y tienes sequedad vaginal; deberás revisar tus lubricantes. ¿Sabrá
él dedicar el tiempo suficiente a un calentamiento eficaz? Si no le conoces de
nada, ¿podréis tener algún tipo de conversación? ¿En tu casa, en la suya o en
un hotel? Cuando ya vas pensando en el preservativo que le pondrás, aparece el mayor
enemigo de Doña Aventura en forma de una terrible pereza, de un síndrome del
sofá agudo.
Has
sido una mujer de mente abierta y disfrutado mucho de tu cuerpo. Has tenido
abundante sexo de calidad, sin penalización alguna por ETS*. Acude a tu mente
la gran pregunta: ¿Vale la pena tanto desgaste energético por un polvo que
probablemente va a ser único e irrepetible? (una sola vez y no repetiréis).
ETS=
enfermedades de transmisión sexual
(Foto libre de Pexels.com)
Me encanta que dejes tu opinión.
Comentarios
Publicar un comentario
Breve y conciso. Gracias.