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Mostrando entradas de octubre, 2014

El paciente número veinte

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Un hombre de mi edad (60) no occidental entra gritando en mi consulta. Es el último paciente de mi listado de ecografías y de toda la tarde. Primera impresión: no pillo lo que dice; habla un castellano ininteligible. Sí que capto que está enfadado conmigo. Le miro; no recuerdo haberlo visitado antes. Mientras mi auxiliar intenta calmarle (sin éxito), reviso su historial y me tranquilizo: no he metido la pata en nada. Le hice una ecografía tres meses atrás y, al parecer, no ha quedado satisfecho con el resultado de “sin alteraciones significativas”. Le pido tranquilidad y pregunto qué le pasa. Gritos. Gestos amenazantes. Consigo colocarle sobre la camilla para iniciar la prueba. No para de moverse con lo cual el estudio no es válido. Nerviosa, alterada y harta de oírle, le mando vestir. Tardamos otros cinco minutos en librarnos de él.       Situaciones parecidas se dan todos los días. Los médicos debemos aguantar todo tipo de impertinencias y agresiones ­–yo incluso estoy amenazada d

Mente joven en cuerpo bello

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Desde el “mens sana in corpore sano” ha llovido mucho y han cambiado un sinfín de cosas, como nuestra percepción de la estética. Y han mejorado otras muchas, como la alimentación y, sobre todo, la ciencia, esa utilidad gracias a la cual las mujeres podemos hacernos “unos arreglillos”.       Hoy por hoy todas queremos parecer más jóvenes y deseables. El modelo de belleza se ha globalizado y restringido, imperando el occidental. Se operan los ojos rasgados y en África se aclaran la piel y alisan el pelo. En nuestro mundo la imagen es fundamental, desde las entrevistas de trabajo en las que se pide “buena presencia” hasta la mirada condescendiente de las amigas ante nuestro visible deterioro. Hemos creado una nueva religión, la del culto al cuerpo en busca de la eterna juventud, algo inexistente, una enorme mentira cuya industria mueve 160 000 millones de dólares al año. ¿Resultado? Nos tiramos de cabeza al río como borregos gastándonos más dinero en belleza que en educación. ¿Qué hace

Marmitako, por Koldo Gamiocobeitia.

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El Marmitako es un plato de pescado típico vasco que se servía como rancho a los pescadores “Arrantzaleek” en los barcos del cantábrico. Se elabora con bonito y con atún principalmente. Se toma como plato único y, como repetiremos, en el primero usaremos la cuchara y en el segundo el tenedor. Maridaje: un buen verdejo como el Valdubón 2011, D. O. Rueda, un vino alegre, de aromas intensos. Ingredientes para 5 personas: 1 Kilo de atún (o bonito). 4 Pimientos verdes. 1 Pimiento rojo. 3 Cebollas medianas. ½  Kilo de tomate de salsa. 1 Kilo de patatas Mona Lisa 1 Cabeza de ajos 1 Guindilla 1 Hoja de laurel. Para el caldo: pescado de roca, espina de atún, puerro, apio y zanahoria. Harina. Sal. Aceite de oliva virgen. Se trocea el atún en dados de aproximadamente  3x3x2 centímetros, se sazonan al gusto y se cubren de harina. Preparamos una sartén con aceite caliente  en su punto justo y con los ajos enteros y sin pelar en su interior. Pasamos el atún por e

Soft sex

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El sexo es una fuente inagotable de placer, o debería serlo, aunque esta frase no sea aplicable a todas las situaciones ni tampoco a todas las parejas. Hoy quisiera centrarme en un “problema” más propio de mujeres maduras, pero que puede afectar a todas. Me refiero a la lubricación vaginal necesaria a una penetración suave y gustosa. Una mujer joven convenientemente excitada lubrica con extrema facilidad; no así una mujer que esté en la menopausia. Asunto de hormonas, de medicaciones o enfermedades. ¿Qué podemos hacer? Propongo estas 7 normas:       Norma 1: tener una buena disposición general para el sexo. Vamos, que nos tiene que gustar. Parece lógico, pero a menudo el tema sexual no interesa (¿malas experiencias pasadas, aburrimiento, estrés?) y con el tiempo se va perdiendo un hábito que aporta estupendos beneficios tanto a nivel mental como corporal. ¿Sabías que con la falta de uso las paredes vaginales cuestan cada vez más de separar?       Norma 2: estar con una pareja que